Más tarde, otra vez, otro gooooool de Paraguay, gritado hasta los cielos. El partido terminó 2 a 2. Empate. Sonrisas. Banderas.
Es que, según nos enteramos más tarde, en nuestra inocencia de las estrategias futbolísticas, Paraguay no quería ganar, no señor, quería sólo empatar, sí señor, porque, ganando, le hubiese tocado medirse luego con un adversario más fuerte, mientras que empatando solamente, le tocaba medirse luego con un adversario menos fuerte, más vencible; ¡y que, mientras tanto, los gigantes del balompié se coman entre sí! La colmena asunceña empezó a zumbar otra vez.
A» Al día siguiente, seguían las banderas, pero por otra causa: conmemoración de la Paz del Chaco. Otro día de inmovilidad para nosotros; pero trabajamos, trabajamos.
Notable fue la insistencia, durante las conmemoraciones, en el concepto de paz, de bendición de la paz. Si bien era evidente, en todo lo dicho, que Paraguay había ganado la guerra, la victoria no era lo grande y subrayable, sino la paz, la bendición de vivir y trabajar en paz.
A» Sorprende menos aprender que, en Paraguay, muchos años antes de la escolaridad obligatoria en Inglaterra, ya había escuelas públicas "en cada ciudad y en cada pueblo" - aun cuando para muchachos solamente, lo que, por otra parte, era común en otros países también en tiempos idos.
A» En el Paraguay, encontramos el curioso caso - no muy frecuente pero no infrecuente, a punto de no sorprender cuando se encuentra - de nacionales del país, hablando el castellano con acento extranjero. Entre los Paraguayos de pura cepa, se debe a que hablan más el guaraní que el castellano; y hay aquellos que, aun nacidos en el Paraguay y, por lo tanto, incluso Paraguayos por ley, se aferran tanto a su alemán, o japonés, que hablan castellano con acento extranjero, e incluso buscan a veces sus palabras.
A» Creemos que alguna modernización de Asunción no alcanzará ningún estado espectacular pronto porque Asunción va a ponerse en campaña, a ver si todavía existen tranvías en Europa en venta, para reforzar el parque tranviario de la ciudad. Nos parece que, primero, tendrían que refaccionar su red de rieles porque los tranvías que hay ahora más parecen saltar como potros que comportarse como tranvías.
A» Recorriendo las ondas radiofónicas como almas en pena, salvo en las tempranas horas de la madrugada, cuando la música paraguaya se atreve a salir al aire, se nos ocurrió que la Radio Nacional de Paraguay y la radio de los Mennonitas tienen más en común de lo que aparece a primera vista: ambas se esfuerzan, de manera excluyente de cualquier otra cosa, en convencer a las >>>>>>>>