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•• Luego, con o sin cosmética de oxígeno, queda el paulatino enfriamiento a lo largo de una prolongación del horno, de otros 90 metros de largo.

•• Ultimo control de calidad: el coeficiente de absorción de agua; porque si los ladrillos absorben demasiada agua, harán paredes demasiado húmedas; si no absorben bastante agua, harán paredes potencialmente débiles por no permitir una buena liga entre sí y la mezcla.

Así fue nuestra visita a esta fábrica que produce dos millones de ladrillos por semana, en cualquiera de 600 tipos diferentes.

Hemos agregado otra riqueza a nuestra percepción del mundo.

Cuántas veces, ahora, tenemos que sonreír mirando una pared de ladrillos y conociendo sus secretos; o más probablemente, no una verdadera pared de ladrillos sino un recubrimiento de alguna estructura barata con ladrillos de pinta, como más se estila en Vespuccia. Nos preguntamos qué cara pondría aquel ladrillero campestre si le describiéramos lo susodicho. Tal vez se pegaría un tiro, pero tal vez se sentiría feliz de poder vivir, aunque humildemente, sin tantas complicaciones.


Los "otros ladrillos"

Observaciones varias.

A En Atlanta, hay una parte donde todo el mundo es negro, y una parte donde todo el mundo es blanco. De los Negros, nada podemos decir porque nunca establecieron contacto con nosotros. Los Blancos resultan inhabitualmente amables, sociables, y con un alto interés en nosotros.

Entre la gente que habló con nosotros, un hombre llevaba una pistola metida en su cinto, apenas disimulada por su camisa: un hijo herido, un hermano muerto, por asaltantes.

En cuanto a Negros y Blancos entre sí, no todo, en este país campeonísimo de anti-apartheid, es compartheid; o, para quedar con colores, no todo en cuanto a negro y blanco es color rosa. Ni siquiera tuvimos que encontrarnos en una situación especial para enterarnos.

Con sólo prender la radio, escuchamos el caso de una empleada de farmacia, despedida a los pocos días de haber sido tomada porque el dueño notaba insinuaciones y actitudes negativas entre la clientela y tenía miedo de perderla en parte - o toda; el dueño había empleado la dependiente en base a sus méritos, sin haberla visto, y por lo tanto sin saber que era negra.

Escuchamos largas discusiones sobre el caso de los clubes sociales que no aceptan Negros. Pero, en este país de la libre expresión, no hay libre expresión cuando se trata de colores, especialmente blanco y negro: o se dice lo oficialmente decoroso, o se arriesga, incluso se desencadena, un oprobio de >>>>>>>>