►► Pero, desde entonces, cuánto más réplicas vimos tanto más, lamentablemente, tuvimos que convencernos de que ninguna es fiel a su original; en el mejor de los casos, es una reproducción artesanal, en el peor, un simple agravio.
►► Así que, pronto, sitios arqueológicos con piezas muebles valiosas no existirán más como museos al aire libre, serán parques de vulgarización (en el peor sentido de la palabra), en el estilo de aquellos con dinosaurios de yeso en vez de dinosaurios auténticos, con la agravante de que los dinosaurios, todo el mundo sabe que son ficciones, mientras que las réplicas, la mayoría de la gente - la más vulnerable y menos preparada - creerá que es alta cultura.
►► Probablemente, lo mejor sería, poner las esculturas en un museo - si bien estamos infinitamente agradecidos de que no tuvimos que verlas así, enclaustradas, (aun tomando en apreciativa cuenta que la filosofía del museo de Xalapa con sus recintos casi- internos parquizados es bastante aceptable); pero no rebajar el gusto del público con réplicas, no recurrir a réplicas hasta tanto se encuentre la manera de hacerlas visualmente confundibles con el original.
Así va pasando esta segunda visita a este Copán que los arqueólogos especializados (pero ya sabemos que especialización es, a veces, sujeta a cariñosa parcialidad) celebran como la vanguardia de los avances mayas, especialmente en astronomía.
Notas varias concomitantes.
- Nos deleitamos con bananas que nunca podrían soñar con el honor de una etiqueta policroma y de un supermercado en los sofisticados centros mundiales, tan dispares, descoloridas - y sabrosas - son.
- Nos deleitamos con huevos que nunca podrían recibir el Grado A de la censura alimenticia oficial, tan dispares, sucios, rojizos en su yema - y deliciosos - son. Además, los compramos como nunca podríamos comprarlos en un supermercado: envueltos de a tres en un tipo de estuche de hojas de maíz.
¡Sí, así se venden!
- Seguimos maravillándonos ante una literatura arqueológica, ilustrada por los siguientes ejemplos (entre muchos):
una "tortuga zoomorfa"
cómo nos gustaría ver una tortuga antropomorfa;
"este altar es un trono"
como decir que una mesa es una silla;
literatura de un Hondureño, pero nosotros creemos saber dónde el caballero estudió y/o de qué idioma tradujo irreflexivamente estas joyas de absurdidad.